Durante más de una década, los gobiernos de América Latina y distintas instituciones financieras han hecho esfuerzos para expandir el acceso a servicios financieros a las comunidades más alejadas y de bajos ingresos.
Las microfinanzas han demostrado ser una herramienta eficaz en la lucha contra la pobreza y la exclusión financiera y, con el auge de la tecnología y las herramientas digitales, la inclusión financiera se está viendo impulsada para llegar a la base de la pirámide.
La tecnología está creando un entorno más accesible y asequible para los servicios financieros a través de aplicaciones móviles, sistemas de pago electrónicos y plataformas en línea.
Sin embargo y, a pesar de los avances en la inclusión financiera en Latinoamérica, aún existen importantes desafíos, como la falta de acceso a servicios bancarios tradicionales y la baja tasa de bancarización en comparación con otras regiones del mundo. Además, la accesibilidad a internet y dispositivos móviles, así como la educación financiera, siguen siendo obstáculos importantes en la región.