En los últimos años, las microfinanzas han demostrado ser una herramienta importante para el empoderamiento económico de las mujeres.
A nivel mundial, las mujeres tienen menos acceso a servicios financieros, dependen de otras personas, es más difícil que mejoren su calidad de vida y tienen menos probabilidades de ser propietarias de empresas que los hombres. Es por esa razón que las microfinanzas pueden ayudar a abordar esta desigualdad de género al proporcionarles acceso a los recursos financieros necesarios para crecer personal y financieramente e iniciar o hacer crecer sus propios negocios.
Según el informe de «Mujeres, Empresas y el Derecho» del Banco Mundial en 2021, aún existen barreras legales que limitan la inclusión financiera de las mujeres en más de 100 países, lo que restringe el acceso al crédito y a la propiedad de tierras y activos.
Recordemos que sólo el 63% de las mujeres en todo el mundo tienen una cuenta bancaria formal, en comparación con el 72% de los hombres. Incluso, en algunas regiones, la brecha de género en la inclusión financiera es aún mayor. Por ejemplo, en el sur de Asia, solo el 37% de las mujeres tienen una cuenta bancaria formal, en comparación con el 55% de los hombres.
Estas cifras dejan claro que las mujeres son más propensas a depender de fuentes informales de financiamiento, como préstamos de amigos y familiares, lo que puede limitar su capacidad para obtener financiamiento a largo plazo y para hacer crecer sus negocios de manera sostenible.
Integrarlas al sector financiero mediante las microfinanzas no sólo es importante, sino que le ofrece distintos beneficios: el empoderamiento económico, reducción de la pobreza, luchar por la igualdad de género, fomentar el liderazgo femenino y mejorar la educación y salud.
La buena noticia es que, a pesar de las barreras existentes, las mujeres empresarias han demostrado ser extremadamente resilientes y exitosas. Según un informe del Banco Mundial, las empresas lideradas por mujeres tienen una tasa de supervivencia similar o incluso mayor que las empresas lideradas por hombres. Además, estas empresas tienden a ser más inclusivas y a crear empleo en las comunidades locales.
Además, las mujeres que tienen éxito en los negocios pueden convertirse en modelos a seguir y líderes en sus comunidades.
Al mejorar los ingresos y la calidad de vida de las mujeres, las microfinanzas pueden tener un impacto positivo en la educación, la salud y calidad de vida de sus hijos y familias, rompiendo el ciclo de pobreza y mejorando la calidad de vida en general de las comunidades locales.